
La universidad dijo en un comunicado que en pruebas grandes como ésta “es previsible que algunos participantes sufran trastornos y es necesario evaluar cuidadosamente cada caso para garantizar la seguridad”.
Dijo que unas 18.000 personas en el mundo han recibido la vacuna como participantes en la prueba.
Si bien se negó a revelar información sobre la enfermedad de la paciente por razones de confidencialidad, un vocero de AstraZeneca dijo que la mujer exhibió síntomas neurológicos graves que obligaron a poner en pausa las pruebas.
La Universidad insistió que está “comprometida con la seguridad de nuestros participantes y las más altas pautas de conducta y seguirá vigilando estrechamente la seguridad”.
Las pausas en las pruebas de drogas son comunes.
Se había detenido el estudio en julio cuando la participante exhibió síntomas neurológicos: resultó ser un caso de esclerosis múltiple sin relación con la vacuna.
A fines del mes pasado, AstraZeneca empezó a reclutar a 30.000 personas para su estudio más amplio de la vacuna. También la está ensayando con miles de personas en Gran Bretaña y efectuando estudios más pequeños en Brasil y Sudáfrica.
El doctor Soumya Swaminathan, jefe científico de la Organización Mundial de la Salud dijo que la pausa en la prueba de Oxford y AstraZeneca no la preocupó demasiado y que “una llamada de atención” a la comunidad global sobre los altibajos inevitables de la investigación médica.