En el laberinto del oficialismo la guerra está declarada entre los presidenciables

En el laberinto del oficialismo la guerra está declarada. El peronismo atraviesa una efervescencia que responde a un resurgimiento de sus chances electorales, debida más a yerros ajenos que aciertos propios. La división de Juntos por el Cambio le devolvió aire en una elección en la que arrancaba en desventaja por la difícil situación económica del país. El caso es que el Frente de Todos no logra capitalizar del todo el desconcierto opositor por su propia interna.

Sucede que ante la baja de la candidatura de la vicepresidenta y líder del oficialismo, Cristina Kirchner, el peronismo quedó sin liderazgo de cara a las PASO. Antes se había retirado de la contienda el presidente Alberto Fernández, que si bien no representa a la mayoría del espacio, por investidura era una opción de liderazgo. Sin uno ni otro, la competencia abierta es el escenario más probable.

Sin embargo, no todos están cómodos con esa situación en el FdT. Pese a que hay al menos cuatro precandidatos lanzados, hay uno que era favorito para ser el nombre de consenso y hoy quedó algo más relegado. Se trata del ministro de Economía, Sergio Massa, quien llegó encumbrado al gobierno y poco a poco se diluyó con la compleja economía nacional, en especial por la inflación disparada.

El caso es que Massa sigue siendo el candidato a presidente del Frente Renovador y este Sábado en el congreso nacional partidario volverán a relanzarlo. Aunque con una condición: debe ser el candidato de la unidad. Este ítem no es negociable, incluso una dirigente de su absoluta confianza, Cecilia Moreau, deslizó que el ministro podría dejar el gobierno si persiste la interna y la idea de la PASO.

Esta advertencia generó una inmediata reacción de uno de los precandidatos, aunque de un sector minoritario, del Frente de Todos. “La amenaza de Massa con un golpe económico por una rencilla electoral revela su verdadera faz ¿Hartazgo? Harto está el país con quienes JURARON desempeñarse con lealtad y PATRIOTISMO y lo hacen con deslealtad y oportunismo mientras la gente se desangra con una inflación rampante”, apuntó Juan Grabois desde su cuenta de Twitter.

Los cruces entre Grabois y Massa no son nuevos, pero en el último tiempo habían bajado los decibeles por pedido específico de la vicepresidente Cristina Kirchner. Pero no son los únicos. Desde el massismo ya habían apuntado contra el embajador en Brasil, Daniel Scioli, por su empeño en ser candidato a presidente, pese a los pedidos de conformar una lista de unidad desde distintos sectores.

Pero el exgobernador bonaerense hace caso omiso a las críticas y asegura que no dará un paso al costado. Ya tiene experiencia en hacer una campaña con pocos adeptos: en 2015, el kirchnerismo no militó su candidatura, en lo que fue un fiel reflejo de la difícil relación que tuvo con la entonces presidenta Cristina Kirchner. En tanto, Alberto Fernández, en silencio, avala su candidatura “contra todos”.

Y si de silenciosos se trata, quien tampoco detiene su marcha hacia una candidatura a presidente es el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Es el elegido de la militancia K, pero además recibió el guiño de CFK cuando habló de “los hijos de la generación diezmada”. Meses atrás, su candidatura era impensada, pero poco a poco se ganó un lugar en la consideración de propios y ajenos. En efecto, ya cuenta con el apoyo de algunos gobernadores y tampoco le escapa a la PASO.(TN)

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