Hospedajes de la costa atlántica. Por necesidad o por elección, cada vez son más los argentinos que viven en mini departamentos o mini casas, de no más de 30 metros cuadrados. La tendencia se extendió a los alojamientos vacacionales, como el Refugio Santa Isabel, que cuenta con cuatro tiny house y propone una estadía diferente con vista al mar, en Chapadmalal
“Entendemos que el mundo cambia y es por eso que apostamos a nuestro proyecto de tiny house,que es una tendencia arquitectónica en el mundo, basada en una cultura que se rige en los criterios de simplicidad, sustentabilidad y aprovechamiento al máximo de los recursos”, explicaron Rocío Britez y Javier Monzón, dueños del emprendimiento.
En el Refugio Santa Isabel, los hospedajes tienen entre 11 y 30 metros cuadrados, en los que se distribuyen las comodidades: cocina, baño, estar y cama matrimonial, que varían dependiendo del espacio. “Están totalmente equipadas, cocina completa, ropa blanca, wifi, cable y calefacción. Además, esperamos a todos con algo rico y casero para disfrutar”, contó Rocío.
Hay quienes para vacacionar prefieren las comodidades de un hotel; otros se inclinan por casas grandes, con mucho espacio, pero también están quienes eligen la calidez de los pequeños espacios ecoamigables, y esa es la propuesta de Rocío y Javier, en Chapadmalal.
Las tiny house del Refugio Santa Isabel están a 100 metros del mar; el balneario más cercano se encuentra a 500 metros y las playas más concurridas de la zona a menos de tres minutos a pie. Si la idea es combinar grandes ciudades con la tranquilidad, a tan solo 15 minutos está Miramar y a unos 30, Mar del Plata. Además, a quienes viajan en micro los van a buscar a la terminal.
“El hecho de que en tan poco espacio se pueda tener la comodidad necesaria para pasar unos días increíbles es el efecto sorpresa que deja hospedarse en nuestras tiny house y esto hace la diferencia en cuanto a otros alojamientos convencionales como casas, hoteles o cabañas”, explicó Rocío.
Por el momento, las mini casas están pensadas para alojar exclusivamente a dos personas, debido al espacio y a que cuentan solamente con una cama matrimonial. “El resultado fue sorprendente y nos convertimos en el primer hospedaje de tiny house en Chapadmalal, exclusivo para parejas y para los amantes de la tranquilidad, del mar y del surf”, agregó Javier.
Tanto Rocío como Javier aseguran que “Chapadmalal tiene una mezcla fascinante del campo y del mar, entre acantilados que la hacen diferente a otras partes de la costa argentina”.
“Los amaneceres y atardeceres son mágicos, la naturaleza hace que estemos en un lugar privilegiado, rodeado de diferentes especies de pájaros y muchas ballenas, que se convirtieron en un nuevo y novedoso atractivo turístico. Nos pasamos horas mirando el mar y también nos encanta pasar tiempo sentados admirando el paisaje verde”, dijo Rocío.
En el Refugio Santa Isabel, la atención es personalizada. Rocío y Javier viven en el predio. Viajaron desde Buenos Aires, enamorados de la belleza natural de los acantilados de la costa bonaerense. Les llevó ocho años la mudanza definitiva, en los que compartieron la estadía entre ambas ciudades, hasta que hace dos años pudieron cumplir con el sueño de hacer de un espacio privilegiado de la costa atlántica su hogar definitivo.
“Desde que conocimos Chapadmalal nuestro deseo fue vivir acá, por la tranquilidad y la paz que nos da. En 2013 construimos la primera tiny house, donde vivimos, y en 2017 comenzamos con el proyecto del Refugio Santa Isabel”, contó Javier.
Lo que eligieron para ellos terminó transformándose en un emprendimiento para que otros puedan disfrutar de la misma experiencia. “La elección de nuestro cambio de vida la transmitimos a nuestros visitantes, que al hospedarse aquí sienten una desconexión automática con la vida de la ciudad”, aseguran.
Con una estadía mínima de dos noches, alojarse en las tiny house del Refugio Santa Isabel tiene un valor desde los $18.000 la noche, para dos personas. Pero cuenta con promociones especiales para fines de semana, o en estadías mayores a las cinco noches en temporada baja.
En la zona se puede practicar surf, yoga, caminatas, ciclismo y disfrutar de una amplia variedad de propuestas gastronómicas.
“Nuestra idea a futuro es seguir expandiéndonos a otros lugares turísticos para transmitir la experiencia tiny house”, anticipó Javier, para los impacientes por disfrutar de esta estadía distinta.(TN)
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