El presidente electo, Javier Milei, se desmarcó definitivamente de Mauricio Macri al designar a Martín Menem como nuevo titular de la cámara de Diputados, en una decisión que termina de detonar su alianza con el ex mandatario luego de la reciente confirmación de Patricia Bullrich como integrante de su futuro Gabinete.
Milei le soltó la mano a Macri en vísperas de su asunción como jefe de Estado, el próximo domingo 10 de diciembre, después de que su acercamiento al líder del PRO fuera visto como una especie de «garantía de gobernabilidad» en el caso de que La Libertad Avanza (LLA) ganara las elecciones, lo que finalmente sucedió. El economista, en definitiva, optó por seguir las recomendaciones de Cristina Kirchner, nada más ni nada menos.
La Vicepresidenta saliente había manifestado públicamente días atrás que tanto el Senado como la cámara de Diputados debían estar lideradas por representantes de LLA, lo que, más allá de las ambiciones de Macri, quedó materializado este sábado con las designaciones del empresario agropecuario Francisco Paoltroni y de Martín Menem, en forma respectiva.
Macri pretendía imponer como presidente de la Cámara baja a Cristian Ritondo, pese a la resistencia de gobernadores electos de Juntos por el Cambio (JxC) y de otros referentes de ese espacio que consideraban que un dirigente de una agrupación que busca ejercer el rol de oposición a partir del próximo 10 de diciembre no debía desempeñar en el Congreso una función de perfil oficialista. Este tema se trató incluso en una acalorada reunión celebrada la semana pasada en el Club Alemán de Equitación de la ciudad de Buenos Aires.
Los estrechos lazos que forjó Milei con un sector el peronismo federal encabezado por el saliente gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, apuntalaron también en algún momento versiones que indicaban que Florencio Randazzo podía convertirse en el elegido para presidir la cámara de Diputados, aunque en definitiva el fundador de LLA recurrió al riojano Martín Menem, hijo de Eduardo y sobrino del ex jefe de Estado Carlos Menem, para ejercer ese cargo (crucial en el Gobierno que se avecina).
Con su nombramiento, Milei luce dispuesto a romper vínculos con Macri, demostrando que está convencido de que los más de 14,5 millones de votos que cosechó en el balotaje del 19 de noviembre pasado son absolutamente propios, más allá del respaldo que obtuvo de parte del ex mandatario y de otros referentes del ala dura del PRO tras la primera vuelta electoral el 22 de octubre, cuando había sido el oficialista Sergio Massa el triunfador.
También deja en claro Milei que suscribe palabra por palabra lo que viene comentando su futuro ministro del Interior y principal estratega político actualmente, Guillermo Francos, cuando plantea que si bien fue valioso el espaldarazo brindado en su momento por Macri, Patricia Bullrich y compañía, eso no significa que hayan comprado «acciones» en el próximo Gobierno.
«Macri puso todo en términos de blanco o negro. Priorizó la cámara de Diputados por sobre todo lo demás y Milei se dio cuenta de que no depende únicamente de Macri para armar su Gabinete y poder gobernar», dijo a Noticias Argentinas una alta fuente del bullrichismo, apenas horas antes de que se confirme la designación de Martín Menem y de Paoltroni en el Congreso.
La misma fuente consignó que se produjo una crisis de confianza en la relación entre Macri y Bullrich después de que el ex jefe de Estado fuera a reunirse en solitario con Milei en su búnker porteño del hotel Libertador tras el balotaje, cuando lo acordado en un comienzo, supuestamente, era que «iban a ir a negociar juntos» con el vencedor de las elecciones.
El objetivo primordial del líder del PRO, según pudo averiguar esta agencia, era sentar a Ritondo en la Presidencia de la Cámara baja a cambio de negociar, llegado el caso, solo cargos menores (segundas o terceras líneas) en la próxima estructura administrativa nacional.
Primero fue Bullrich entonces la que se desmarcó de Macri, al aceptar desempeñarse como nueva ministra de Seguridad -un puesto que ya ejerció durante el gobierno de Cambiemos- y apenas horas más tarde Milei quebró lanzas con el ex alcalde porteño al bajarle definitivamente el pulgar a Ritondo.
En este contexto, la relación entre Macri y el libertario quedó ahora cubierta por un denso manto de incertidumbre, mientras se robustece aún más la figura de Francos en filas de LLA.
¿Se inicia una era «post-Macri» en la política nacional?
Es cierto que un sector del PRO, el bullrichismo sobre todo, muestra predisposición y busca «ayudar» al gobierno de Milei para «evitar que el kirchnerismo -eventualmente- se lo lleve puesto», como dijo la fuente consultada por esta agencia.
Sin embargo, los estrategas de LLA, con Francos a la cabeza, lo que están poniendo de relieve por estos días es que en las últimas elecciones JxC perdió -sin mediastintas-, al clausurar la posibilidad de avanzar hacia una suerte de «cogobierno».
«Milei tiene una lectura política más profunda de la que pensábamos», aseguran por estas horas en filas de Juntos por el Cambio, al ver cómo el dirigente libertario fue resolviendo el armado de su círculo más cercano de colaboradores.
«Las decisiones importantes las está tomando Milei», planteó otra fuente de la coalición opositora consultada por Noticias Argentinas.
Apenas días antes de que el mandatario saliente Alberto Fernández le entregue en el Congreso de la Nación la banda y el bastón presidencial, en coincidencia con el 40° aniversario de la asunción de Raúl Alfonsin como jefe de Estado, en el regreso de la democracia en la Argentina, el fundador de LLA bien pudo haber dado este sábado el puntapié inicial de una era «post-Macri» en la política nacional y en especial en el seno de JxC, al desoírlo y resolver por iniciativa propia.
En definitiva, respaldan a Milei un aluvión de votos obtenidos en el balotaje (55,65 por ciento, contra un 44,35% en favor de Massa), pese a la fenomenal campaña de miedo que echó a rodar el oficialismo, insistiendo fuerte con la noción de, «Es nosotros o el caos».
Tan desencantada y harta de la «política profesional» se siente la mayor parte de la sociedad, como quedó demostrado en las urnas, que así y todo el líder libertario se alzó con una victoria contundente el mes pasado.
Ahora, encabezada por Milei, un «oustider» que procurará hacer camino al andar apenas comience su gestión en Balcarce 50, se iniciará una nueva etapa institucional en el país; algo incierta, sí, pero robusta a priori en cuanto al capital político que logró forjar el presidente electo recientemente en el cuarto oscuro. Habrá que ver, de todos modos, el nivel de respaldo, por un lado, y de resistencia, por el otro, que genera en los próximos días su «plan de shock» cuando entre en acción.