Lágrimas, rostros desencajados y un desmayo: prisión perpetua para Thomsen, Comelli, Benicelli, Ciro y Luciano Pertossi

De los 8 jóvenes oriundos de Zárate, 5 recibieron prisión perpetua y los 3 restantes Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi a 15 años por ser partícipes secundarios del homicidio doblemente agravado, premeditado y con alevosía.

Rostros desencajados y un desmayo. Los 8 rugbiers condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa en enero de 2020 a la salida de un boliche en Villa Gesell se vieron visiblemente conmocionados por las sentencias que impuso el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Dolores e incluso uno de ellos, Máximo Thomsen, se descompensó en plena sala judicial.

Toda la frialdad que tuvieron a la hora del crimen de Fernando Báez Sosa y a lo largo de todo el juicio oral se derrumbó en cuestión de segundos al escuchar que pasarán en la cárcel varios años más: Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fueron condenados a la pena de prisión perpetua por ser coautores del delito de homicidio doblemente agravado, mientras que Ayrton Violaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron una condena de 15 años de prisión por ser partícipes secundarios.

Luego que los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Dolores, María Claudia Castro, Christian Ariel Rabaia y Emiliano Javier Lázzari, comunicaran el detalle de las condenas, los rostros de los jóvenes quedaron desfigurados.

La reacción de los rugbiers al escuchar las condenas en su contra.

Los rugbiers Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Ciro y Luciano Pertossi fueron condenados a la pena de prisión perpetua por ser coautores del delito de homicidio doblemente agravado de Fernando Báez Sosa, según dispuso la Justicia. En tanto, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron una condena de 15 años de prisión por ser partícipes secundarios del asesinato.

Así lo decidió el Tribunal Oral en lo Criminal N! 1 de la ciudad de Dolores, integrado por María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia que, a su vez, rechazó por unanimidad el plantel de nulidad hecho por el abogado de los acusados, Hugo Tomei.

La lectura del veredicto debió suspenderse debido a que, tras conocer la condena, Thomsen se descompensó y se desvaneció, por lo cual la presidenta del tribunal pidió desalojar la sala, mientras que ingresaron médicos para atenderlo. Momentos después, se reanudó la audiencia.

Antes de saber la pena, Tomei, abogado de los 8 acusados, pidió la palabra para solicitar si podían pararse para escuchar la sentencia, lo que fue avalado por los jueces. Mientras escuchaban parados que habían sido encontrados culpables del asesinato de Báez Sosa, Thomsen comenzó a tambalearse y se sentó abruptamente, mientras lloraba y era sostenido por los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

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Ante esta situación, la madre del Thomsen gritó, «Esto es una mentira», cuando escuchó del tribunal que su hijo y otros cuatro rugbiers eran condenados a prisión perpetua por el crimen de Báez Sosa. «Esto es una mentira, echen a los periodistas, no me importa más nada», expresó Rosalía Zárate, al tiempo que era abrazada por otro de sus hijos.

En tanto, el resto de los jóvenes oriundos de Zarate tomaron asiento, con sus rostros desencajados. Lucas Pertossi, visiblemente conmocionado, contenía las lágrimas; Ayrton Viollaz se agarraba la cara; Blas Cinalli miraba al suelo; mientras en primera fila, Matías Benicelli permanecía impávido, como a lo largo de todo el proceso judicial, al igual que Enzo Comelli, ubicado al lado de Thomsen.

Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Comelli y Benicelli fueron condenados a prisión perpetua por ser coautores de homicidio doblemente agravado por alevosía y premeditación: de acuerdo con la Justicia, planificaron matar a Báez Sosa no bien salieron del boliche Le Brique en Villa Gesell aquel 18 de enero de 2020.

«Sólo se encuentra alcanzada por el concepto de coautoría toda persona cuyo aporte en la fase de ejecución del hecho represente un requisito indispensable para la realización del resultado pretendido, ello pues, como se dijo, los coautores», aclararon los jueces Castro, Lázzari y Rabaia.

En ese sentido, concluyeron que Thomsen y Ciro Pertossi «estuvieron en todo momento atacando a la víctima». Eso en función de las pericias de ADN que se dieron a conocer de sus prendas donde quedaron rastros genéticos de Báez Sosa y así como también la zapatilla del primero de ellos marcada en el rostro de la víctima.

«No resulta un dato menor la zona del pantalón (botamangas) perteneciente a Ciro Pertossi en la que se detectó sangre humana con el patrón genético de Fernando Báez Sosa», añadió el Tribunal. De las imágenes, surge que Luciano Pertossi y Enzo Comelli «inmediatamente del comienzo del ataque, se movilizan desde la parte trasera del auto hacia donde yacía Fernando Báez Sosa, efectuando movimientos de ataque».

«Por su parte, la actividad desplegada por Matías Franco Benicelli en su rol de coautor, se extrae sin esfuerzo, especialmente de los dichos de los testigos» y también «resultó elocuente el hallazgo de sangre en la que se detectó el perfil genético de la víctima en todas las prendas que vestía el encausado aquella noche, lo que demuestra inequívocamente el contacto directo con el cuerpo de Fernando Báez Sosa y que fue uno de los cinco formó parte de los actos del ataque mortal», añadieron.

En cuanto a Viollaz, Lucas Pertossi y Cinalli «tomaron parte en el hecho, pero sus aportes no resultaron esenciales para que la conducta de los coautores pudiera consumarse. Participaron en la ejecución del acto, pero realizando una acción criminal que si hipotéticamente se suprimiera el resultado homicidio igual se habría producido».

«En efecto, quienes tuvieron el dominio del hecho, como así también la posibilidad de detener las hostilidades, fueron los cinco que pusieron manos en la víctima, y no estos tres partícipes, quienes subordinaron su accionar a la voluntad de los coautores», resumieron en comparación entre las distintas penas impuestas.

Viollaz «realizó un aporte no esencial en el hecho. Según se extrae de la prueba testimonial, se lo sindica arengando, también como quien golpeó a Lucas Beigide (amigo de Báez Sosa, ndr) que se encontraba en la parte delantera del auto, y profiriendo gritos y frases como, ‘Es ahora’ o ‘Y ahora’ (…) No se corroboró con el grado de certeza que requiere esta etapa, que haya ejercido acciones directas contra Fernando Báez Sosa, o algún aporte de imprescindible relevancia, para posibilitar a los autores concretar su acción criminal».

«De igual modo, en la exhibición del video de Lucas Pertossi, como así también el que se encuentra filmado desde enfrente, se lo intentó señalar como uno de los que se encontraba pegando a Fernando o cercano a éste, pero ello no ha quedado lo suficientemente demostrado», dijo el Tribunal, pues «su aporte resultó secundario en el sentido desde que no revisitó las características de necesario o imprescindible para la  concreción del resultado».

Lucas Pertossi «filmó el inicio del ataque pero no partición en el comienzo de la golpiza», resumieron y concluyeron que estaba «fuera del foco central del ataque» a Fernando. En cuanto a Cinalli, su situación no difiere en lo sustancial respecto de los otros dos participes secundarios. Si bien en los videos de lo observa fuera del foco central del ataque, los jueces entendieron que está probada su coautoría.

Por su parte, el abogado Fernando Burlando anticipó que apelará el fallo del juicio oral por el crimen de Báez Sosa para buscar que todas las condenas sean a prisión perpetuas, ya que consideró que el tribunal «tuvo clemencia con tres acusados de una manera irracional».

«Ocho condenas. Éste es solamente el comienzo, es el primer paso hacia el camino a una respuesta que realmente acaricie el corazón de Fernando», sostuvo el letrado de la familia de la víctima. En declaraciones a la prensa, Burlando se quejó de que se trató de un «fallo salomónico».

«Entendemos que una Justicia contemplativa, una Justicia que no atiende a las súplicas de una víctima, sino que contempla tal vez la juventud de los acusados no es Justicia. Vamos a apelar», afirmó y continuó: «Una Justicia débil al momento de evaluar sentencias no es Justicia. No entendemos cómo tres se vieron beneficiados con una sentencia de 15 años. El tribunal tuvo clemencia con tres acusados de una manera irracional. Ese va a ser el motivo de nuestra apelación».

«Fueron ocho condenas, es un buen primer paso. Me hubiese gustado que la Justicia se hubiera puesto los pantalones», remarcó. «Es un largo recorrido. Vamos a ir a Casación», indicó. De todos modos, el abogado reconoció que los padres de Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa, «están conformes». «Nosotros, desde la técnica, queremos ir por un poco más», agregó.

Silvino Báez, padre de Fernando, afirmó que quedó «bastante aliviado» por las sentencias que dictó la Justicia contra los ocho rugbiers, pero consideró que los jueces «se quedaron cortos con la condena» de tres de los acusados.

«Está muy bien (el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Dolores)», aseguró el hombre, minutos después de escuchar la resolución judicial. En declaraciones a la prensa, el padre de Fernando Báez Sosa se quejó de la condena a 15 años de prisión que recibieron Viollaz, Cinalli y Lucas Pertossi, por ser considerados partícipes secundarios del crimen.

«Creo que con los otros tres acusados se quedaron cortos con la condena. Me sorprendió, esperaba 25 (años) o perpetua. Los doctores van a apelar y van a ir a Casación», manifestó. Al ser consultado sobre cómo le había caído la resolución judicial del caso, Silvino Baéz expresó: «Estoy bastante aliviado».

Cabe señalar que Christian Dupuy, padre de Lucio, el menor asesinado por su madre y la pareja de ella se acercó al tribunal de Dolores junto a Ramón, abuelo del pequeño, para acompañar a los padres de Báez Sosa en la lectura del veredicto en el juicio contra los 8 rugbiers acusados por el crimen del joven de 18 años y se dio un conmovedor abrazo con Graciela Sosa, la mamá de Fernando, antes del comienzo de la audiencia.

Ramón Dupuy comentó que le había prometido a Graciela que estaría presente en esta jornada. «Vine a saludar, ojalá sea un fallo ejemplar. El caso de Fernando lo vengo siguiendo hace rato, debería ser perpetua para todos», fueron las palabras del abuelo de Lucio, quien contó que con los padres de Báez Sosa se conocieron el año pasado en el Congreso, donde tuvieron un diálogo sobre sus casos. También estuvo presente en el lugar Juan Carlos Blumberg, padre de Axel, secuestrado y asesinado en 2004, y quien ya había asistido a otras audiencias en este resonante caso. (NA)

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