Narco vuelos en el cielo argentino: Las estratégicas zonas de ingreso y salida de drogas

Narco vuelos en el cielo argentino. ¿Cuáles son las regiones de Argentina que seleccionan los narcotraficantes para bombardear campos con cocaína? El peso de la carga, el difícil acceso por vía terrestre, el carburante y la cobertura telefónica son algunos de los datos que valoran los líderes del transporte, el eslabón fundamental para ingresar los envíos al país.

El aeroplano que se precipitó en Avia Terai (Chaco) con más de 324 kilos de cocaína dejó al descubierto uno de los métodos más empleados por los grandes narcotraficantes para introducir cargamentos de cocaína en Argentina y enviarlos a Europa: los vuelos del narcotráfico, dirigidos por los «transportistas» o «jefes de transporte», un eslabón esencial en la cadena y que reciben, a cambio, no menos del 25% y hasta el 45% de la carga. Todo depende del riesgo y los costos de una maniobra en la que no se excluye la complicidad policial, judicial y política.

Las áreas que eligen los encargados de la logística tienen características fundamentales. Según explicaron fuentes calificadas a Infobae son cercanas a las fronteras de Bolivia y Paraguay, según la cantidad de combustible, deben ser campos de difícil acceso, a los que solo se pueda llegar con vehículos 4×4; que no dispongan de cobertura telefónica (para ubicarse y comunicarse utilizan teléfonos satelitales, GPS o handy) y que no haya viviendas cercanas, excepto por el «puestero», un hombre dedicado a la custodia de los paquetes de polvo blanco. Al mismo tiempo, establecen una entrada para los vehículos que irán a recoger el cargamento que custodian para evitar la presencia de extraños.

Zonas de bombardeo y aterrizajes narco (Foto Infobae)

No se sabe cuál era el destino del aeroplano que se precipitó en el establecimiento rural «La Aurora», pero ocurrió muy cerca de uno de los principales puntos de bombardeo y aterrizajes narcotraficantes en Argentina: el comprendido entre Monte Quemado y Campo Gallo, en el límite con Santiago del Estero.

Otros lugares de ataque y aterrizaje de drogas son Concepción del Uruguay en Entre Ríos, el límite entre Santiago del Estero y Salta (ruta 16, Cruz Bajada), Taco Pozo (Chaco), Nueva Esperanza (Santiago del Estero), Monte Maíz en Córdoba y la zona rural de Santa Fe, cercana a Buenos Aires. También se han detectado vuelos clandestinos en Junín, San Nicolás y Zárate-Campana.

Para la «lluvia de cocaína», los bultos que contienen la droga, se envuelven en mantas o telas para amortiguar el impacto de la caída y prevenir su ruptura. Un ejemplo de este método se observó en campos del interior de Entre Ríos, en la región de Santa Anita, donde los pobladores comenzaron a encontrar cráteres en la tierra debido al impacto de las pesadas bolsas. La investigación, llevada a cabo por la División de Toxicología de Entre Ríos, culminó con la detención de uno de los principales líderes del transporte de drogas en el país, Raúl «Loro» Ferreyra.

Agentes encargados de desmantelar este tipo de organizaciones señalaron que los bultos de la avioneta que se estrelló en Chaco no estaban cubiertos, por lo que se estima que la aeronave iba a aterrizar en una zona cercana.

En su mayoría, los traslados aéreos se realizan en aviones monomotores Cessna, aunque también utilizan Pilatus Porter, que pueden cargar entre 150 y 400 kilos de cocaína, dependiendo del peso del piloto y la autonomía de vuelo (aproximadamente una hora). El combustible es una de las variables más importantes a considerar.

Desde Bolivia hasta el límite entre Salta y Santiago del Estero, pueden moverse sin problemas, siempre que el peso del cargamento y el piloto lo permitan. En esa ubicación en Cruza Bajada, fue capturado René «Manudo» Guzmán, un sanguinario narcotraficante dedicado a recibir los bultos, quien en Abril pasado se enfrentó a gendarmes con un fusil y terminó arrestado y herido de bala en un hombro.

En el caso de las «lluvias de cocaína», el piloto va acompañado de un ayudante delgado que arroja los bultos (en ocasiones pueden ser menores de edad). Para llevar a cabo este proceso, recorren cinco kilómetros en línea recta, ida y vuelta. Si desean ir más lejos, deben planificar una pista de aterrizaje clandestina.

En cuanto a las pistas, existen diferentes tipos, todas de carácter precario. Algunas son cercas antiguas donde solían sembrar porotos y maíz, o terrenos que, debido a su naturaleza, carecen de vegetación de gran tamaño. Un grupo de cuatro o cinco personas limpia el terreno, removiendo malezas y nivelándolo con picos y palas para que la avioneta pueda aterrizar. En casos más sofisticados, se emplea un tractor y una rastra para realizar este trabajo. También pueden utilizar caminos antiguos o senderos abandonados por YPF.

Aunque la mayoría de los aterrizajes se llevan a cabo durante el día, hay pilotos (como único tripulante en estas situaciones) que aceptan realizar la maniobra durante la noche. Son conocidos como «kamikazes» debido al riesgo que asumen. Para marcar el lugar donde aterrizará la avioneta, se utiliza fuego, una tarea realizada por «los mecheros».

El tiempo entre el aterrizaje y el despegue en una pista clandestina no debe superar los seis minutos. Los narcotraficantes evitan tomar riesgos innecesarios.

Adelaida Castillo o «Reina Titi», quien fue condenada en Abril de 2022 a 13 años de prisión por transportar 389 kilos de cocaína, junto con el poderoso clan Loza, son unos de los pocos que se atrevieron a realizar vuelos nocturnos, según informantes que los investigaron. El clan liderado por José Miguel Farfán, quien fue condenado a 15 años de cárcel y conocido como «el Chapo Guzmán del Cono Sur», solía elegir zonas de rápido acceso para abastecer de combustible a la avioneta, que aterriza por unos minutos y luego retoma el vuelo. Los miembros de la banda en tierra llegaban junto a la avioneta a la pista, según detallaron.

Actualmente, los paquetes que se encontraron dentro de la avioneta en Chaco, con una carga de 324 kilos de cocaína, están custodiados por Gendarmería.

Agentes encargados de desmantelar este tipo de organizaciones señalaron que los bultos de la avioneta que se estrelló en Chaco no estaban cubiertos, por lo que se estima que la aeronave iba a aterrizar en una zona cercana.

Los investigadores, que trabajaron con total discreción, aún desconocen la procedencia y el destino de la carga, aunque en Bolivia están siguiendo pistas sobre la avioneta, propiedad de Nilo Terrazas Limón.

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