Geopolítica en Latinoamérica II: El régimen de los Ayatolás siempre consideró al Brasil de Lula Da Silva como una nación clave para contrarrestar el aislamiento internacional. Recientes buques de guerra iraníes en Río de Janeiro y reuniones entre altos funcionarios de ambos países han relanzado el vínculo tras la administración de Bolsonaro.
La bandera iraní también estuvo presente en la reciente reunión de Cancilleres de los BRICS, donde Irán busca ingresar al foro junto con otros países emergentes de gran relevancia geopolítica.
América Latina se ha convertido en un terreno estratégico para las autocracias mundiales, como China, Rusia e Irán, donde intentan influir y jaquear los intereses de su principal rival, Estados Unidos.
Irán, aislado por gran parte de la comunidad internacional, ve en Brasil una oportunidad para mejorar sus relaciones comerciales y cooperar en sectores como agricultura y tecnología. Los intereses económicos y comerciales han sido un impulsor constante en las relaciones bilaterales entre ambos países, con superávit comercial a favor de Brasil.
Aunque Irán enfrenta sanciones internacionales, el régimen de los Ayatolás ve en Latinoamérica una manera de diversificar sus medios de supervivencia a largo plazo y proyectar una imagen de potencia global.
Por otro lado, Brasil considera la inclusión de Irán en los BRICS, un grupo que busca contrarrestar al G-20 y promover el multilateralismo, como una forma de fortalecer sus lazos y oportunidades en la arena internacional.
Sin embargo, esta estrecha relación entre Brasil e Irán también enciende alarmas en Washington, especialmente después de la presencia de buques de guerra iraníes en aguas brasileñas. La inserción de Irán en la cuarta revolución industrial y su posible adhesión a los BRICS añaden nuevos elementos a la compleja dinámica geopolítica en la región.
En conclusión, mientras Brasil e Irán estrechan lazos, el mundo observa con atención cómo esta relación puede impactar las tensiones internacionales y el equilibrio de poder global.
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