
Está demostrado que pasar un día en la playa es beneficioso para la salud, especialmente para el bienestar mental. En el mar, la vida parece más placentera, y no hay duda de que los días soleados son irresistibles para disfrutar de la playa con familiares y amigos.
Sin embargo, organizar un día de playa puede ser más complicado de lo que parece, especialmente si vas con niños. Además de protección solar y sombrillas, es importante planificar los menús para evitar pasar hambre durante la jornada.
Cuando se trata de llevar alimentos a la playa, es fundamental mantenerlos a temperaturas seguras para evitar el crecimiento de bacterias como la salmonela y la E. coli. La «zona de peligro», que abarca temperaturas entre los 40°F y 140°F, puede hacer que los alimentos se descompongan rápidamente.
Por lo tanto, se recomienda llevar una hielera o refrigerador portátil para mantener los alimentos frescos. Una vez que los saques del refrigerador, deben consumirse lo más rápido posible. Si los alimentos permanecen a temperatura ambiente, pueden ingerirse en un plazo máximo de dos horas, pero si la temperatura supera los 90°F, este tiempo se reduce a una hora.
Es esencial saber qué alimentos evitar llevar a la playa debido a los riesgos de intoxicación alimentaria. Algunos de ellos incluyen carne de res, frutas preparadas, pescados y mariscos crudos o marinados, alimentos con mayonesa, bebidas ricas en azúcar, pollo y embutidos.
En lugar de estos alimentos riesgosos, es mejor optar por opciones más seguras y saludables, como frutas enteras, sopas frías refrigeradas, sándwiches o empanadas. Los frutos secos también son una excelente alternativa como aperitivo económico y fácil de transportar.
Disfrutar de un día de playa con una selección adecuada de alimentos garantizará una experiencia placentera y segura para todos.