El Gobierno observó que el paro convocado por la CGT «registró la menor adhesión en la historia». Manuel Adorni, portavoz presidencial, evaluó la medida de fuerza y subrayó que «el sindicalismo debe reconocer que los tiempos han cambiado en Argentina».
Un día después del paro, el gobierno nacional emitió un análisis crítico sobre el desempeño de ciertos sectores del sindicalismo argentino, argumentando que la huelga «resultó ser un fracaso absoluto».
Manuel Adorni, portavoz presidencial, transmitió la evaluación del Poder Ejecutivo: «Gracias a la determinación de los argentinos, su disposición para trabajar y su rechazo a la decadencia, este ha sido el paro de menor impacto en la historia».
Para respaldar esta afirmación, Adorni citó datos de CAME: «Solo el 30,5% de los trabajadores se sumó al paro; el transporte público funcionó al 48% de su capacidad habitual; el 90% de los comercios minoristas operaron con normalidad y el 76,6% de las pymes continuaron en actividad. Además, recibimos numerosas denuncias de amenazas».
Continuando en esta línea, Adorni utilizó estas cifras para cuestionar el rol de las organizaciones gremiales que promovieron la huelga general: «Los defensores de políticas obsoletas ya no tienen la capacidad de convencer a nadie; recurren al hostigamiento y la coacción para intentar perjudicar a los trabajadores. Afortunadamente, la dirección que ha tomado la sociedad argentina hacia la libertad es imparable».
«El sindicalismo debe entender que los tiempos han cambiado en Argentina y que la sociedad no tolera amenazas ni extorsiones», añadió el portavoz presidencial, ofreciendo un consejo a los líderes de la CGT.
Al ser cuestionado nuevamente sobre el verdadero impacto del paro, Adorni enfatizó: «Fue un fracaso. Estos sindicatos han fracasado en representar a los trabajadores, contribuyendo así a su empobrecimiento. El sindicalismo es corresponsable de la decadencia que acompañó y defendió».
Sobre el debate en el Congreso en torno a la Ley Bases impulsada por el oficialismo, el funcionario mencionó: «Observamos ausencias inexplicables de senadores kirchneristas. Sin embargo, esta ley es crucial para privatizar empresas deficitarias, eliminar fondos fiduciarios y multas laborales… Es fundamental para el progreso y la libertad de los argentinos».
Ante las dudas sobre la aprobación de la ley debido a la resistencia de la oposición y algunos legisladores aliados, Adorni minimizó las especulaciones y se mostró optimista: «Siempre hemos sostenido que la Ley Bases no afecta nuestro corto plazo; es esencial para el crecimiento de Argentina y se convertirá en realidad cuando los procedimientos legislativos lo permitan. No tenemos dudas al respecto».
En cuanto a la posibilidad de realizar modificaciones al proyecto de ley, aclaró: «No hemos considerado ningún cambio específico, pero estamos abiertos al diálogo y a mejorar algunos aspectos. A veces, las discusiones se centran en la interpretación y no en cambios sustanciales… De todos modos, el debate tiene un largo camino por recorrer y estamos dispuestos a discutirlo».
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